Lady Gaga mete un pelotazo tras otro pelotazo. Lady Gaga ocupa al menos un párrafo cada día en cada diario, en cada revista, en cada publicación musical/rosa/sexual internacional. ¿Por qué? Siempre existe algún motivo, Gaga tiene cartuchos para quemar en casi todas las facetas de su vida, y no le están rentando nada mal.
La diva del pop estética y musicalmente estrafalario, ha puesto su tema “Government Hooker” (P* del gobierno) como banda sonora, como acompañamiento musical de la pasarela Fashion Week de París. Extravagante, hortera, fiel a su estilo, luce en el video -el cual aún no se sabe si sólo se trata de un video promocional para el desfile de la firmaThierry Mugler o también videoclip del tema- un look compuesto por unas tremendas plataformas de ‘drag queen’ y unas coletas rubias de mentira, todo dentro de un entorno que simula una gran catedral.
El videoclip no tiene desperdicio, el mismo desperdicio que su letra:
“I’m gonna drink my tears tonight.
Gonna drink my tears and cry.
Cause I know you love me baby.
Put your hands on me, John F. Kennedy.”
Paralelamente a este escarceo de Gaga entre la música y la moda, la cantante ha concedido a la revista británica Grazia una entrevista en exclusiva para promocionar su producto “M∙A∙C Viva Glam Gaga Lipstick”, con el que supuestamente ayudará a las personas afectadas por el virus del SIDA si sus fans se animan a comprar alguna unidad.
Y aprovechando la promoción, ha realizado algunas confesiones íntimas acerca de sus escarceos sexuales, que cuanto menos, son sorprendentes. Esta chica tan aparentemente experimentada y liberada, perdió la virginidad a los 17 años, y curiosamente, no disfrutó nada. ¡A saber a qué inútil se ligaría!
“No perdí la virginidad hasta los 17 años. Pero tengo que decir que no estaba preparada y que fue una experiencia horrible. No me gustó para nada. Nunca he tenido relaciones sexuales no seguras, siempre le he pedido al chico que use protección. Hasta hace dos años no disfrutaba del sexo. Fue una relación monógama en la que me sentí lo suficientemente libre como para confiar. El sexo es la máxima expresión de la vulnerabilidad y para mí era importante saber que se trataba de una relación adecuada y sentir el sexo como fuente de amor y nada más”.
Y como confesión final, en un arrebato de abertura personal y sinceramiento, Lady Gaga ha dado a conocer al mundo sin vergüenzas, sin miedos y sin tapujos, que padece una delicada enfermedad, sufre lupus, dolencia que afecta a cualquier parte del organismo a través de la sangre.
Pobre Gaga, ¡una de cal y otra de arena!
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